viernes, 2 de enero de 2015

Una defensa del psicoanálisis

El psicoanálisis es una corriente psicológica que tuvo su apogeo durante algún tiempo y después comenzó a ser desbancada por otras escuelas terapéuticas. Hoy en día continúa teniendo una fuerte influencia en latinoamérica  (especialmente Argentina) y Francia, donde predomina un psicoanálisis de orientación lacaniana (elaborada por Jacques Lacan a medidados del siglo XX). Sin embargo, en muchos países ha sido reemplazado por enfoques cognitivo conductuales, sistémicos o humanistas. El primero de ellos es especialmente respetado por hacer un extenso uso del método científico; su eficacia ha sido validada por una gran cantidad de investigaciones independientes y es recomendado por muchas instituciones de salud mental. Tiene una fuerte influencia en Estados Unidos. 

¿Por qué el psicoanálisis ha sido atacado con tanta insistencia en tiempos recientes? Hay varias razones que pueden explicar esta situación. A continuación detallaré algunas de ellas y daré mis opiniones sobre su validez, significado y fallas, tratando de mantener un balance justo y objetivo entre sus virtudes y faltas. Como ocurre en muchos casos parece ser que es razonable mantener una postura intermedia, sin llegar a extremos que polaricen toda posibilidad de discusión y oscurezcan detalles importantes. 

Críticas:

1) Freud mintió cuando hablaba del resultado obtenido mediante sus terapias, pues afirmaba haber curado pacientes que nunca dejaron de sufrir en su vida. Por ejemplo,  Anna O. fue internada en un instituto psiquiátrico y nunca dejó de padecer sus debilitantes síntomas histéricos, aún cuando Freud aseguró haber desaparecido su trastorno mental mediante psicoterapia. Otros ejemplos mencionados frecuentemente incluyen al "hombre de los lobos" y al "hombre de las ratas".

2) El psicoanálisis no hace uso del método científico ni de modelos estadísticos para corroborar sus hipótesis. Se ha acusado a Freud de haber elaborado sus teorías conforme se le presentaban, sin contar con hipótesis previas que pudieran corroborarse o deshacerse de acuerdo a rigurosos experimentos científicos. Esta imagen presenta a Freud como un personaje con una cierta tendencia a armar puzzles teóricos con el único propósito de encajar cada pieza de un rompecabezas inventado, tal y como una fantasía creada por algún novelista resulta lógica sólo desde el punto de vista de su estructura interna, sin tener ninguna relación necesaria con una realidad externa. Por lo tanto sus teorías carecen de validez científica y han de ser consideradas como superchería y pseudociencia. 

3) La teoría de Freud no es falsable. Esta crítica proviene de Karl Popper, quien trató de buscar un método al alternativo al criterio de verificabilidad, el cual determinaba que una teoría científica debería poder verificar sus proposiciones ostensiblemente, es decir, debía ser observable en el mundo real, para poder ser literalmente significativa. Para Popper esta concepción era insatisfactoria, por lo cual ideó una nueva forma de demarcar a la ciencia de la metafísica: una buena teoría debe ser susceptible a falsearse, o, en otras palabras, a refutarse. Si la teoría falla en un solo caso eso quiere decir que ésta debe ser falsa o merece una modificación. Este argumento dice que el psicoanálisis no puede ser falseable porque le es posible explicar cualquier fenómeno psicológico. Por ejemplo, si odias a tu padre es porque no has superado un complejo de edipo y si lo amas es porque eres presa de una formación reactiva (en la formación reactiva un afecto es cambiado por su contrario, por ejemplo, se ama a quien realmente se odia). Por lo tanto el psicoanálisis es un ejemplo de mala teoría. 

4) La teoría psicoanalítica ha sido refutada por la ciencia moderna. Si bien Popper dijo que no era posible falsear el psicoanálisis, hay quienes afirman lo contrario: su teoría ha quedado falseada a partir de nuevos avances en psicología cognitiva, neurociencias, psicología evolucionista y otras ramas. Por ejemplo, el complejo de edipo sería falso porque evolutivamente estaríamos diseñados para no experimentar atracción hacia miembros cercanos de nuestra familia (como padres y hermanos). Eso significa que no puede haber deseos incestuosos universales en los niños. Tampoco se han encontrado evidencias que respalden mecanismos represivos tal y como los postuló Freud, y la amnesia infantil (la incapacidad para almacenar recuerdos explícitos antes de los tres años de edad) podría ser achacada a causas como: falta de maduración cerebral en el hipocampo, ausencia de lenguaje y carencia de autoconsciencia, sin necesidad de recurrir a un mecanismo represivo. La teoría energética tampoco ha salido bien parada, pues parece que no corresponde con nuestro conocimiento acerca de cómo funciona nuestro sistema neurológico. 

5) No hay evidencias científicas de que la terapia psicoanalítica funcione. Se argumenta que ningún estudio serio avala la eficacia terapéutica del psicoanálisis, no teniendo más efecto que un placebo, por lo que su teoría subyacente debe ser falsa. Además debería dejar de practicarse clínicamente, pues es un atentado contra el paciente, quien espera pagar una cierta cantidad de dinero y hacer uso de su tiempo para mejorar los problemas psicológicos que le aquejan. 

Me parece que estas son las críticas más comunes al psicoanálisis. Muchas de ellas son utilizadas en "el libro negro del psicoanálisis" y se consideran suficientemente poderosas, en conjunto, para darle una patada final a todo su cuerpo teórico y práctico. En mi opinión este no es el caso, como mostraré a continuación. 

Defensa:

Freud mintió en sus resultados:

Esta es una crítica relativamente fácil de obviar. No tengo una familiaridad suficiente con la biografía de Freud para afirmar o negar que estas denuncias sean justificadas, pero esto no cambiaría en nada la validez que tengan sus postulados psicológicos. Aunque Freud hubiera mentido en varios casos no se demostraría que su teoría sea falsa, ya que ésta pertenece a un campo propio, independiente de su autor.

Anna. O. Se cree que Freud mintió en su caso. 

En muchos sentidos este tipo de objeciones caen en una falacia ad hominem, pues tratan de minar el psicoanálisis mediante una serie de ataques contra su creador. Este tipo de argumentos sólo sirven como medios de chismorreo o interés histórico, al hacer un análisis biográfico del autor que les dio origen, pero no constituyen refutaciones reales. Pensar así sería tan absurdo como tratar de acribillar la filosofía Nietzscheana porque Nietzsche cayó en la locura.

El psicoanálisis no hace uso del método científico:

Es verdad que el psicoanálisis nunca ha echado mano del método científico, por lo menos de acuerdo con el tipo de estándares que se esperan en el quehacer científico moderno. Las teorías de Freud, y de los psicoanalistas que le siguieron, fueron engendradas a partir de observaciones (estudios de casos) y elaboraciones teóricas. En buena medida fueron conducidos por una poderosa intuición al proponer sus hipótesis. 

Sin embargo, esto no quiere decir que el psicoanálisis sea falso o no merezca ser discutido. La filosofía también ha sido eminentemente especulativa a lo largo de su historia y ha dado lugar a una enorme cantidad de conceptos que han cambiado el mundo. Algunos de ellos llegaron a corroborarse científicamente más tarde - considérese, por ejemplo, la idea de que existen unos corpúsculos sólidos e impenetrables que conforman toda la materia, llamada átomos, la cual fue propuesta hace más de 2,000 años en la antigua Grecia, y luego fue certificada a través del método científico  - sin haber recurrido a observaciones o experimentaciones. 

El psicoanálisis ha ofrecido conceptos originales e interesantes que están formulados lógicamente. La misma naturaleza de sus constructos hace difícil que éstos puedan ser comprendidos de manera plenamente científica - y más aún cuando hablamos de la ciencia que existía en los tiempos de Freud - pero eso no implica que sea razonable abandonarlos a su suerte. Deben continuar siendo examinados. 

El psicoanálisis no es falsable:

Me parece que esta idea de Popper es incorrecta y el psicoanálisis es susceptible de ser falseado, pero solo si se sale de su marco teórico, el cual funciona como una ratonera, y permite que sus proposiciones sean investigadas a través de otras disciplinas y ciencias afines. De hecho esto ha sucedido así y el psicoanálisis ha sido investigado desde puntos de vista interdisciplinarios, dando lugar a interesantes resultados. Sin embargo, este tipo de estudios han sido llevado a cabo por muchas personas que no se dedican al psicoanálisis, siendo ajenos a él, por lo que sería bueno si los mismos psicoanalistas aceptaran este tipo de colaboraciones para mejorar sus construcciones teóricas y su práctica clínica.

Karl Popper
Un ejemplo de falsación del complejo de edipo como fenómeno universal sería investigar, desde una perspectiva antropológica, si se repiten el mismo tipo de interacciones entre padres e hijos a una temprana a edad (me parece que estudios como estos ya han sido hechos, pero no estoy bien familiarizado con ellos). Otro ejemplo: una falsación del modelo económico y energético propuesto por Freud ha sido exitosamente refutado a partir de nuevos avances en neurociencia, al darse cuenta de que es un error considerar al sistema psíquico como un sistema hidráulico, con proporciones constantes y conservadoras de energía.

No hay evidencias de que su terapia funcione:

Este argumento se ha repetido mucho, pero carece de un fundamento auténtico. Es verdad que algunas investigaciones como las de Hans Eysenck llegaron a estas conclusiones, pero muchas otras investigaciones han encontrado resultados opuestos. Esto es especialmente cierto en el caso de las terapias psicodinámicas, las cuales están basadas en los mismos fundamentos que el psicoanálisis, aunque tienen una duración más breve que la terapia psicoanalítica clásica (la cual ha desaparecido casi por completo).  En su famoso artículo "la eficacia de la psicoterapia psicodinámica" Jonathan Shedler, de la universidad de Colorado, afirma con contundencia:

"La evidencia empírica apoya la eficacia de  la terapia psicodinámica. Los efectos promedio de la terapia psicodinámica han sido tan grandes como aquéllos que han sido reportados para terapias activamente promovidas como "empíricamente validas" y "basadas en la evidencia". Adicionalmente, los pacientes que han recibido terapia psicodinámica han mantenido sus ganancias terapéuticas y parecen continuar mejorando después de que termina el tratamiento. Finalmente, las terapias que no son psicodinámicas pueden ser efectivas, en parte, porque los terapeutas que las utilizan usan técnicas que han sido centrales en la teoría y práctica de la terapia psicodinámica  desde hace mucho tiempo. La percepción de que la terapia psicodinámica carece de evidencia empírica no está de acuerdo con la evidencia científica y puede reflejar una selección discriminativa de las investigaciones realizadas". En su artículo Shedler menciona más de 100 estudios que avalan a las prácticas psicodinámicas como métodos efectivos de terapia".
                                                              Jonathan Shedler 
Por otro lado, sería imparcial dejar de mencionar que muchos de estos estudios no cuentan con la rigurosidad metodológica exigida para este tipo de estudios, principalmente debido a que sigue habiendo poco interés por parte de los mismos psicoanalistas en hacer uso de un método estrictamente científico, considerándolo reduccionista y corto de vista. Esto no significa, sin embargo, que estas investigaciones no existan, y  tampoco implica que algunas de ellas no hayan sido hechas con los más altos estándares de calidad investigativa. Solo señala la necesidad de tomar más en serio la investigación como un medio de defender al psicoanálisis frente a otras corrientes psicológicas.  

El psicoanálisis ha sido refutado:

Este punto es importante porque habla del modo en que se puede sostener una teoría psicoanalítica frente a la ciencia moderna.  Lo cierto es que algunas propuestas del psicoanálisis no han salido bien paradas (el modelo económico de la mente, la interpretación de los sueños, la teoría de la represión, y hasta cierto punto, el complejo de edipo). Eso es algo totalmente natural en vista del número de planteamientos que hizo Freud. 

Sin embargo, también hay otras ideas del psicoanálisis que han sido rescatadas y avaladas ampliamente. Una de ellas es la del inconsciente. En este punto debe entenderse que el concepto no es un lugar, ni ocupa un espacio (tampoco parece que Freud lo haya pensado de este modo), mas bien habla de un conjunto de procesos inconscientes en el organismo psíquico, los cuales han sido confirmados por la neurociencia moderna.

Fonagy. Uno de los mayores defensores del estudio científico en el psicoanálisis. 

Ahora sabemos que existen recuerdos implícitos y recuerdos explícitos. Los recuerdos explícitos son los que recordamos de manera consciente, y pueden ser episódicos (relacionados con vivencias personales) o semánticos (vinculados con conocimientos de tipo académico). Los recuerdos implícitos son motores (cómo andar en bicicleta, por ejemplo) o afectivos (los sentimientos que tenemos por una persona o una situación). 

Todos las experiencias que almacenamos en los primeros tres años de nuestra vida son implícitas y forman el basamento de nuestra estructura psicológica. Ellas están detrás del modo en que nos relacionamos con otras personas o el tipo de conductas que preferimos en otros, lo cual sería el fundamento de la transferencia psicoanalítica. También condicionan los estímulos que evitamos (hay evidencias de que personas con miedos homofóbicos evitan inconscientemente mirar figuras de hombres desnudos).  Algunos podrían pensar que el inconsciente psicoanalítico es mucho más complejo, y lo es, pero estas evidencias muestran que una buena parte de nuestra conducta, pensamientos y sentimientos no están determinados conscientemente. Y como el lenguaje es eminentemente simbólico, y refleja lo que experimentamos a niveles más primitivos, no sería difícil imaginar por qué las fantasías relatadas durante una asociación libre están vinculadas representacionalmente con sus memorias implícitas.

Por otro lado, varios mecanismos defensivos como intelectualización, racionalización, formación reactiva o aislamiento afectivo han sido estudiados y se les ha dado cierta validación, aunque adolecen de ser pocos, lo cual vuelve a constituir  un reflejo del poco interés psicoanalítico en realizar investigación científica. Asimismo, algunos mecanismos parecen tener sus correlativos en la psicología social; por ejemplo, la racionalización se parece mucho a la disonancia cognitiva, pues en ambos casos hay una modificación inconsciente de creencias debido a razones afectivas. 

No busco extenderme demasiado en estas consideraciones, ya que sería posible decir mucho más acerca de este tema. Sólo he querido dejar una semblanza de que el modelo psicoanalítico no carece de fundamentos, siendo una quimera sin piernas de Freud, sino que puede ser corroborada por otras fuentes. Esto no quiere decir que el quehacer analítico, y su teoría, deba reducirse a la psicología cognitiva  o a la neurociencia. Eso no sería posible. Simplemente significa que la colaboración interdisciplinaria puede ser útil para pulir ciertas hipótesis, refutar otras y mejorar la reputación de esta disciplina frente a otras ramas del conocimiento.  

Nota: es necesario aclarar que el psicoanálisis ha tenido numerosos desarrollos teóricos y prácticos a lo largo de las décadas, gracias a autores como Adler, Lacan, Melanie Klein, Erickson, Sullivan, Karen Horney y otros tantos. Este artículo se concentró principalmente en el psicoanálisis Freudiano. 

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