viernes, 20 de marzo de 2015

Santo Tomás de Aquino fue un pensador poderoso que tuvo una enorme influencia en el escolasticismo medieval y su pensamiento continúa siendo importante para comprender numerosos problemas teológicos y metafísicos. La filosofía de la religión toma un interés especialmente ávido en algunas de sus argumentaciones filosóficas, por ejemplo, y la iglesia católica sigue haciendo un amplio uso de las mismas. De ahí su importancia actual. 

Ahora, el estilo antiguo del Aquinatense puede llegar a dar lugar a muchos malentendidos y deformaciones de su postura intelectual: por eso me he propuesto hacer una pequeña revisión de sus 5 vías para la demostración de la existencia de Dios. Habiendo dicho esto, quisiera hacer una aclaración muy importante:

Los primeros escolásticos pensaron que sus razonamientos tenían el poder de ser demostrativos y no dejar lugar a dudas. Esa situación cambió con Guillermo de Ockham, quien inicio una revolución dentro del mundo teológico con su escuela nominalista. Después de su influencia empezó a considerarse que tales "demostraciones" eran sólo argumentaciones probables y no podían tener un fundamento tan seguro como el que es posible encontrar en el razonamiento matemático o lógico. Estas dudas se agudizarían más después de que David Hume e Immanuel Kant elaboraran sus filosofías con el propósito de limitar el pensamiento metafísico y el círculo de Viena quisiera poner unos últimos clavos sobre su ataúd. Tomando en cuenta esto, es pertinente tener reservas al momento de referirse a estas argumentaciones como "demostrativas" y tener un juicio más cauteloso al hablar sobre ellas.

1. Argumento del primer motor inmóvil:

El primer argumento del aquinatense consiste en hablar acerca del movimiento. Cuando hablamos de movimiento aquí es necesario tener en cuenta que no se está haciendo referencia exclusiva al movimiento local o movimiento en el espacio. Eso es lo que nosotros entendemos actualmente cuando nos referimos al "movimiento". Sin embargo, en este caso es mejor hablar de cambio, ya sea cuantitativo (aumento o disminución), cualitativo (como el cambio de color) o local (cambio de movimiento o de posición). Esto corresponde a las concepciones peripatéticas de: movimiento cuantitativo, movimiento cualitativo y movimiento local. 

Todo lo movido es movido por algo más - dice Tomás - por lo que podríamos tratar de hacer una regresión infinita de movimientos. Una regresión infinita de movimientos sería absurda, por dos razones: 1) Si la cadena de movimientos fuera infinita, no habría llegado nunca el presente, pues habría ocurrido una sucesión infinita de sucesos previos. Ni siquiera hubiera podido ocurrir un movimiento inicial, ya que éste hubiera sido precedido por otro movimiento, ad infinitum. 2) Una regresión infinita no lleva a ninguna explicación del primer movimiento.

Por esto se considera que debe haber una parada: un motor que mueve cualquier otro ente y no sea movido: un motor inmóvil. Es decir, un ser capaz de producir el cambio de cualquier ser (cualitativo, cuantitativo o local) sin cambiar él mismo.  Esa es una prueba Aristotélica, aunque Tomás retomó esta idea para aplicarla al Dios cristiano.

2. Argumento de las causas eficientes: 

Este es un argumento muy similar al anterior, si bien utiliza el concepto de causa. Todo lo que existe tiene una causa (por ejemplo, la causa de mi existencia son mis padres, y la causa de ellos, mis abuelos). La cadena de causas no puede ser llevada hasta el infinito, pues no podría haber existido una causa que pudiera causar todo lo demás. Luego, debe existir una causa incausada. Sin embargo, puede surgir una pregunta ¿pudo haberse causado a sí mismo? No. Este ser no pudo ser la causa de sí mismo, pues si así fuera, hubiera sido necesario para él existir antes de causarse a sí mismo, lo cual es absurdo. Luego, no es causado por algo más y no es causado por sí mismo. De ahí se sigue que no tiene causa. 


3. Argumento de la contingencia:

Probablemente sea el argumento más celebrado de la Suma Teológica y continúa teniendo una inmensa popularidad en versiones actuales. Para comprenderlo plenamente es necesario conocer el significado de dos términos:

Contingencia: la contingencia refiere a una característica de algunos seres, llamados seres contingentes: estos seres pueden ser negados en una proposición sin que surja una contradicción lógica y metafísica. En otras palabras, pueden o no haber existido, sin que su existencia haya sido necesaria. Sean estos seres S, los cuales tienen una propiedad C. Todos los seres S que cumplen con C podrían haber sido inexistentes.

Necesidad: la contingencia refiere a una característica de algunos seres, llamados seres necesarios. Los seres necesarios son aquellos que existen necesariamente y su negación implica una contradicción. No podrían no existir. Sean estos seres P, los cuales tienen una propiedad N. Todos los seres P que cumplen con N existen necesariamente.

El argumento dice que debe existir un ser necesario, ¿por qué? porque sería absurdo pensar que sólo existen seres contingentes. Si sólo hubiera seres contingentes, todo lo que existe, podría no haber existido. Si esto fuera así, no sería eterno, pues la eternidad es un atributo que tienen aquellos seres que nunca nacen y nunca perecen. En otras palabras, de seres necesarios. Esto quiere decir que ningún ser contingente es eterno, sino que comenzó a ser. Si todos los seres existentes fueran contingentes, habría un momento en el que ninguno de ellos hubiera existido, por lo cual habría reinado una nada absoluta (sin materia, energía, espacio, tiempo o leyes físicas). Sin embargo, si esto fuera así, nada existiera, pues nada sale de  una nada absoluta. Algo existe, como podemos darnos cuenta. Luego, debe existir un ser necesario, como mínimo. Este ser necesario es identificado tradicionalmente como Dios.

Esta es una prueba por reducción al absurdo, ya que afirma el contradictorio de una proposición (sólo existen seres contingentes) para probar, a través de un razonamiento deductivo, la falsedad de su afirmación.


4. Argumento de los grados de perfección:

Este es un argumento relacionado con el enunciado de Aristóteles: "donde hay un mejor, hay un óptimo". Por ejemplo, podemos darnos cuenta de que existen múltiples grados de calor, lo cual nos lleva a pensar en un grado máximo de calor. Santo Tomás aplica este razonamiento al reino moral y afirma que es posible ver una escala de menor a mayor en el modo de comportarse o llevar a cabo ciertas virtudes: algunas personas son más o menos valientes, humildes, templadas o prudentes. Esto quiere decir que debe haber un máximo moral, del cual surja cualquier forma de moralidad imperfecta. De ahí se sigue que tal ser (Dios) debe ser perfectamente moral.

5. Argumento teleológico: 

El argumento teleológico refiere al orden del mundo. Santo Tomás se da cuenta de que existen seres con voluntad (como lo seres humanos) y seres sin voluntad (como un árbol, por ejemplo). Sin embargo, cada ser en este mundo se comporta de acuerdo a ciertas regularidades y sucesiones, de acuerdo a una naturaleza específica. ¿A qué se debe esto? La respuesta de este argumento lleva a pensar a cada uno de ellos como seres con causas finales o propósitos, los cuales están relacionado con su mismo ser. Este orden teleológico del mundo lleva a inferir la existencia de un legislador supremo o Dios. 

Todos estos son razonamientos a posteriori. Es decir, pasan del mundo y sus efectos reales, tangibles, a la existencia de Dios. 

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