martes, 23 de diciembre de 2014

Introducción

Todo comienzo debe empezar en alguna parte. Nada que no tenga un final ni sea eterno puede haber estado ahí desde siempre, siendo forzosa su producción en algún momento del tiempo, tal y como sabe bien cualquier autor de una obra. Por eso es importante escribir una introducción, ya que resalta el momento preciso en el que se empezó a gestar una idea y  le otorga cierta solemnidad a todo proyecto emprendido. En este caso se trata de un blog. 

Con esta introducción quiero dejar entrevisto el modo general en el que concibo este espacio, con sus ideas, objetivos, planteamientos y estilos. Y, aunque no puedo conocer con certeza cuáles serán los giros y desarrollos posteriores que mis opiniones irán tomando con el tiempo, pues haría falta omnisciencia (para tener en mente todo lo que pensaré en el futuro),  o  una tenaz  resistencia mental (de manera que no cejara ningún empeño por tratar el mismo tipo de temas sin variaciones ni cambios sustanciales) puedo tratar de marcar con mayor o menor claridad el fondo básico sobre el que pretendo trazar el hilo de los razonamiento y convicciones que se vertirán aquí. La filosofía que la da vida a mis fantasías más diversas. 

En este sentido quiero expresar que el propósito final del presente blog es tratar principalmente temas culturales de distinto tipo, sin necesidad de que éstos se restrinjan a una esfera determinada del conocimiento, las artes o la vida pública, pues considero que cualquier contenido puede ser analizado con rigurosidad. Es por eso que no puedo predecir en qué consistirá el índice temático. El modo de abordarlo está más definido, como ya lo he dejado ver, y pretendo que todos los temas sean tratados del modo más crítico posible. Cuando un análisis puramente racional de entender algún problema contravenga la estructura intrínseca del objeto que esté siendo estudiado, como sucede frecuentemente en el caso de temas religiosos y psicológicos, trataré de clarificar límites conceptuales del mejor modo posible. Hago esta salvedad teniendo en mente el famoso enunciado de Pascal: "el corazón tiene razones que la razón desconoce". Creo que sería absurdo hacer un sojuzgamiento racional de tópicos que, bajo su misma definición, están por encima del lenguaje.

Esto no quiere decir que pretenda escribir de modo rígido en todo momento. Algunas materias requieren un tipo de estilo monolítico, analítico y frío, mientras que otras están más emparentadas con un juego libre de ideas. Por otro lado, el estado de ánimo que tenga determinarán en buena medida mi manera de redactar. 

De tal modo he concebido este pequeño callejón de internet. Anteriormente había iniciado otros blogs, pero no resultaba bien; abandonaba rápidamente mis intenciones iniciales de escribir con regularidad y dejaba que fuera pasando el tiempo. Espero que esto no vuelva a suceder. También estoy consciente de que un triste espacio personal en internet tiene poco significado para otras personas, pero creo que es una buena manera de participar en  la democratización del movimiento intelectual y espiritual que le es dable a la humanidad de hoy. Así, vivimos en una época que ofrece infinidad de oportunidades para entrar en contacto con nuevas personas, ideas e informaciones, y los blog constituyen, desde mi punto de vista, uno de los más brillantes ejemplos de estas posibilidades. 

No me cabe ninguna duda de que si pudiéramos recuperar una educación humanista que embonara con el desarrollo tecnológico moderno daríamos un importante avance hacia una nueva era de comprensión, tolerancia y comunión. Mi rol aquí es participar en esta empresa colectiva de intersubjetividad y diálogo. 

0 comentarios:

Publicar un comentario